PASODOBLE
“…Dios es solo una inmensa palabra vacía que la gente ha llenado con lo que quería. Cuando
lo necesitan lo ponen, lo adoran, lo quitan y ya se acabó.”
Las noches de bohemia, 2010.
“Lo inevitable ya está aquí, llegó el final”, que cantaban Los cobardes. Con esta cantinela me
desperté esta mañana aún con las costumbres de peregrino, bien temprano y dispuesto a
caminar sin tener que hacer camino. El disfraz ya quedó guardado y el espíritu grabado por
dentro aunque se vuelva a ser uno más en la ciudad.
Últimos momentos de tranquilidad en la plaza del Obradoiro. La catedral recibiendo a gente
para la misa del peregrino aunque casi ninguno lo sea. La falta de respeto por todas partes.
Que Dios me libre de ser creyente, pero si en casa ajena me abren las puertas al menos
muestro agradecimiento ateniéndome a sus normas. Por favor, durante la misa no está
permitido deambular por las naves de la catedral. Gente caminando por las naves de la
catedral. Por favor, apaguen sus móviles. Suenan móviles cuatro veces en treinta y cinco
minutos de misa. Viejas que por el simple hecho de tener muchos años se creen con el
derecho de hablar en la previa importándoles una mierda lo que otras personas tienen que
comunicar desde el micrófono. Niños mostrándonos las consecuencias de tener unos padres
que están cansados de serlo. La maldita marca España.
Al otro lado del ring un cura con discurso sobre fariseos e hipocresías mientras los
empleados de seguridad se pluriemplean como monaguillos pasando el cepillo y de fondo
un baldaquino gigantesco bañado en oro y plata. Lo dicho, que Dios me libre de ser
creyente.
Definitivamente esto ya no es el Camino.
Martes 23 de agosto, 2022. Escrito en Santiago de Compostela.
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