EN BAMBALINAS
“Qué larga ha sido la noche, qué frío y qué oscuridad, pero hoy regresa la vida y aquí te
vuelvo a cantar.”
Los renacidos, 2022.
Olvidado el pasacalles y el ruido, por fin todo volvió a lo esperado, a la normalidad.
Al ruido se lo tragó de un solo bocado la calle aún remolona con el despertar. Silencio
cuando divisas las torres de la catedral, que te deja sin palabras a cualquier hora del día.
Todo desierto, el olor del café ya va despertando a la ciudad. El cansancio del ruido da igual,
estos momentos son entre uno, la belleza en piedra y el sol ejerciendo de sacerdote con la
bendición de su amanecer. Escaleras para un primer turista igual que lo fueron para
cualquier lazarillo siglos atrás. La mires por donde la mires la belleza es la belleza, porque no
puede ser más y porque si en algún momento es menos ya sería otra cosa. La belleza, tan
humana como divina. Murmullo en la calle, primeros compañeros peregrinos, ahí estaré yo
mañana. Hoy toca prepararse, concienciarse, como estar en camerinos y luego en
bambalinas. Esos momentos en los que te das cuenta de que va a ser de verdad, que algo se
materializa, que el miedo se revuelca con la excitación y no consigues distinguirlos,
momentos especiales, como cuando estás en bambalinas.
La espera se puede hacer eterna y más cuando yo arrastraba mi pasacalles nocturno, pero
eso se soluciona explorando más, buscando más belleza, aunque luego se quede solo en
bonito. La vida se vive por los propósitos, lo demás es solo Cronos devorando a sus hijos. Cuando a las doce las campanas repicaron a mí me sonaron a gloria, porque se abrían las
puertas del cielo que tanto ansiaba, una cama que por fin me diera descanso y encauzara el
ánimo.
El gentío que llega a sus camas, conversaciones de torre de Babel, mochilas al suelo,
quejidos de esfuerzos y cansancios, duchas continuas, pasos del gentío que se van alejando,
ya no corre el agua, Babel en silencio, por fin a dormir, como en bambalinas.
Mañana se abrirá el telón, mañana a escena.
Lunes 1 de agosto, 2022. Escrito en Burgos.
Me encanta
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