Aprovechando la collá del tema propuesto el fin de semana pasado por el blog Sin título (claudianotienetitulo.blogspot.com) , renunciar, aquí dejo lo que se me ha ocurrido a mí.
Culpables todos
Sigo sin entenderlo pero eso ya no importa, no me queda otra que aceptarlo. No eres ni el primero ni el último que me abandona a la francesa.
Donde quiera que sea el rincón al que te vas, espero estar a tiempo aún de que leas este mensaje.
Siento mucho haber sido mala contigo, te juro que no soy así, que nunca he querido hacerte daño, ni a ti ni a nadie. Es que siempre me tienen ocupada con millones de cosas y joder, al menos estarás conmigo en que los demás no colaboran. Ellos también podrían haberse dado cuenta de lo mal que estabas, mandarme señales de aviso o algo. Me las hubiera arreglado para encontrar la manera de que no renunciaras.
Oí rumores, no lo voy a negar, de que llevabas ya un tiempo apagado, como con una sonrisa a lo Mona Lisa. Échame la culpa si quieres, estoy acostumbrada después de tanto tiempo. Llevaba apartada de ti bastante tiempo, la verdad, pero como te digo, en momentos así los que dicen estar a tu lado son los que deben demostrarlo. Menos mirar para otro lado, menos comentar a terceros que estás apagado, menos pensar que esto no va conmigo ¡joder!
Ya sabes cómo es mi trabajo, hoy aquí, mañana allí. Todos lo saben, de hecho. Hubiera acabado volviendo, ojalá hubieras esperado un poco más. Con su ayuda seguro que hubiera sido así, pero claro, es más fácil para ellos ponerme ahora como la mala de la película. Recibirán la noticia con estupor y tristeza, pero pocos harán autocrítica, pocos se reprocharán no haberte preguntado qué tal estabas, pasar un rato contigo. Darte un poco de luz, vaya, si es que te veían tan apagado. Ellos fueron los primeros en renunciar a ti, ellos también podrían haberte ayudado en mi ausencia, ¿o es que tengo que estar yo en todo? ¡joder!
Bueno, tengo que dejarlo aquí, la policía ya está bajando por el puente.
Esta carta se la dejo al barquero para que te la entregue. No es la moneda que suele cobrar, pero a mí me fía.
Siento mucho que hayas renunciado a la vida.
Bueno, tengo que dejarlo aquí, la policía ya está bajando por el puente.
Esta carta se la dejo al barquero para que te la entregue. No es la moneda que suele cobrar, pero a mí me fía.
Siento mucho que hayas renunciado a la vida.
Con cariño, la Suerte.
Jo, me he puesto triste, Antonio. No sé por qué me lo he llevado al acoso escolar (aunque se puede extrapolar a un millón de escenarios más). No me voy a extender mucho porque no es cuestión de rayar la cabeza ahora a nadie. Pero el título me llega al corazón y lo explica todo a la perfección. ¿Esa carta se puede tatuar? (Ja, ja, ja). Un abrazo y gracias por esto Antonio!!!
ResponderEliminar