lunes, 26 de agosto de 2024

18. Popurrí - Un juntaletras en el Camino

POPURRÍ 
“Ese eres tú, ese eres tú en una, en una, en una esquinita del sur. Ese eres tú, ese eres tú, caminante, eres tú.” 
La Eternidad, 2017. 

        En soledad, como llegué, quiero y voy a marcharme de este viaje. Buscando un lugar a la sombra donde sentarme por calles y plazas voy escribiendo esta última cuarteta, intentando recordar sin saltos en el tiempo. 
No es una experiencia ésta necesariamente para encontrarse a sí mismo, puede ser simple placer, unas vacaciones más, de una manera más original claro está. Pero incluso aunque la meta del camino no sea encontrarte puedes acabar tropezándote contigo mismo. Después de tantas horas que debes llenar solo con tu presencia lo difícil sería no divisarte ni un poquito en el horizonte. Estar rodeado no significa estar acompañado, la fortuna es hallarse en dichos estados en el momento que uno desea, así da tiempo de saborear, de apreciar, de echar de menos el estado contrario y hacer algo por volver a él. Así una y otra vez. 
Por eso, aunque no fuera mi intención, en este viaje fui capaz de saber verme a mí en ambos estados y en ambos, para qué vamos a engañarnos, me sigo gustando, me sigo aceptando. 
        No puedo y jamás he querido ni querré dejar de ser un espontáneo con seso. Naturalidad para que la gente encuentre certezas en mí, yo en ella y así no tener que decidir si compartir un mismo camino. No hace falta porque cuando te das cuenta ya lo estás caminando, disfrutando. Más tarde, cuando nuestras circunstancias, y por tanto nosotros, cambien, los peregrinos de nuestras vidas cambiarán de la misma manera natural con la que uno les dejó pasar y pisar a nuestro lado. Una manera natural que no deja laceraciones en la conciencia ni heridas de guerra. Hay despedidas que duelen, cierto, normalmente en esta vida lo que duele es lo que no se elige, por eso esta oda a la naturalidad con respeto, a la espontaneidad con seso, a la autenticidad de lo original, porque con todo eso el más mínimo dolor no tiene cabida. Se acepta, se comprende, se recuerda, se disfruta, se sonríe, se continúa el propio camino sin lastres. 
        Sí, ya sé que estoy divagando mucho, es lo que llevo haciendo desde hace semanas, di-vagar llamándolo camino. “Por el mundo voy caminando, como un peregrino llevo toda la vida…”  De casa al colegio y del colegio a casa, de un extremo al otro, de la madrugada al amanecer, del examen al fin de semana, de El Puerto a Cádiz, de ser dos a ser uno, de Sevilla a Florencia, del antes al después, del conformismo al volantazo, de las despedidas a “…seguro que algún día volverá”, de las muertes a las vidas, del yo era aquél al yo soy éste, de la barrera de un idioma a las consecuencias de dos, de los platos a las aulas, de la jaula de oro del sur a las alas con motores, de la bicicleta con ruedines al trapecio sin red, de Burgos a Santiago, de la página en blanco a la página 51, del pasacalles a cuando caiga el telón. Todos somos peregrinos de una manera u otra, todos hacemos nuestro camino, un pie después del otro, cuidado con las piedras. 
        Y en todos mis caminos parto y regreso a mi esquinita del sur. Hijo de obrero con futuro de estudiante, acento ninguneado por don nadies, niño que subía a su casa cantando por la escalera, el soñador de la familia, la importancia de reír, la felicidad de hacer reír, el latido al tres por cuatro, el gol en la garganta, el emigrante hecho a la idea, el optimista bien informado, un brindis por la amistad, los buenos modales reaprendidos, la pena de no verlos crecer, el miedo de no presenciar su vejez, el que se preocupa de sus propios actos, el pepito grillo de más de una, un romántico de los ideales, un práctico del día a día, un superviviente por prioridades, un escapista del mal rollo, la pamplina sin filtro pero con pausa, la desnudez vestida con tinta. Todo eso y posiblemente más es lo que fui siendo en todos los caminos que anduve, conservando y desechando. 
Todo este repertorio sin música ni rima soy yo, todas las páginas en blanco que le quedan a este diario quizás también acaben siendo yo, quizás haya que volver al Camino. Habrá que vivir para cantarlo.

Miércoles 24 de agosto, 2022. Escrito entre Santiago, Oviedo y Santander.

domingo, 25 de agosto de 2024

17. Pasodoble - Un juntaletras en el Camino

PASODOBLE 
“…Dios es solo una inmensa palabra vacía que la gente ha llenado con lo que quería. Cuando lo necesitan lo ponen, lo adoran, lo quitan y ya se acabó.” 
Las noches de bohemia, 2010. 

        “Lo inevitable ya está aquí, llegó el final”, que cantaban Los cobardes. Con esta cantinela me desperté esta mañana aún con las costumbres de peregrino, bien temprano y dispuesto a caminar sin tener que hacer camino. El disfraz ya quedó guardado y el espíritu grabado por dentro aunque se vuelva a ser uno más en la ciudad. 
        Últimos momentos de tranquilidad en la plaza del Obradoiro. La catedral recibiendo a gente para la misa del peregrino aunque casi ninguno lo sea. La falta de respeto por todas partes. Que Dios me libre de ser creyente, pero si en casa ajena me abren las puertas al menos muestro agradecimiento ateniéndome a sus normas. Por favor, durante la misa no está permitido deambular por las naves de la catedral. Gente caminando por las naves de la catedral. Por favor, apaguen sus móviles. Suenan móviles cuatro veces en treinta y cinco minutos de misa. Viejas que por el simple hecho de tener muchos años se creen con el derecho de hablar en la previa importándoles una mierda lo que otras personas tienen que comunicar desde el micrófono. Niños mostrándonos las consecuencias de tener unos padres que están cansados de serlo. La maldita marca España. Al otro lado del ring un cura con discurso sobre fariseos e hipocresías mientras los empleados de seguridad se pluriemplean como monaguillos pasando el cepillo y de fondo un baldaquino gigantesco bañado en oro y plata. Lo dicho, que Dios me libre de ser creyente. Definitivamente esto ya no es el Camino.

Martes 23 de agosto, 2022. Escrito en Santiago de Compostela.

sábado, 24 de agosto de 2024

16. Popurrí - Un juntaletras en el Camino

POPURRÍ 
“…sea yo de verdad quien sepa decir adiós, dando gracias al mundo sin odio y rencor, y la ciudad me recuerde cantando.” 
La eterna banda del capitán Veneno, 2020.

        Con los pies en la tierra, el corazón en las nubes, la mirada en la vida, las manos en su pueblo y su sangre y la casa a la espalda, un peregrino regresaba a la superficie ya saciado por las musas. 
        En algún momento el corazón debe dar un paso atrás y la cabeza al frente. Es el último destino pero la rutina es la misma que en todos los días anteriores: albergue, ducha, lavadero, almuerzo, descanso para el que lo requiera y disfrute, hoy más que nunca. A esto había que sumar la recogida del premio final físico, la compostela, y de la vieira, ese símbolo de siempre ahora convertido en souvenir al alcance de cualquiera en cualquier punto del camino, una pena. 
        Con los deberes hechos tocaba continuar la buena racha encontrando esas caras conocidas, potenciales amistades para compartir el último día o penúltimo como se había hecho en los días anteriores. Sonrisas intercambiadas, abrazo de reencuentro, charla de análisis y primeras impresiones. El problema de la masificación turística arruina los planes a muchos peregrinos verdaderos, como por ejemplo la imposibilidad de atender la misa nombrada para ellos porque la cola da la vuelta a la plaza de la Quintana y desaparece por la esquina más apartada. A la tarde lo podrán intentar de nuevo, yo no. 
        Me separo de ellos otra vez, abrazo de hasta luego, camino de vuelta acunando al yo más interno. Es momento de los quehaceres y luego a vestirse de turista. El bastón ya quedó olvidado, la mochila no saldrá más. Tan solo una bolsa con lo necesario previsto para pasar el resto de la tarde en ese hormiguero medieval. El plan, el de siempre, ninguno. Pasear, admirar, tirar fotos, perderse por las calles, todo eso a la vez en la catedral. De repente la alegría malagueña requiere mi presencia para regar el brote verde sembrado ayer. Un alemán muy simpático se sube al barco, es lo bueno de saber idiomas, que convierte las torres de Babel en lugares de concordia. 
Al final de la rúa Nova nos despedimos, con la miel en los labios me quedo por no haberla disfrutado más tiempo. Es extraño sentir tanto cariño por alguien en tan poco tiempo. Es extraño desear de corazón que a esa buena gente conocida y a fin de cuentas desconocida le vaya lo mejor posible en su futuro, sin importar las pocas probabilidades de estar en él. Y así, recordando los rostros con nombre y sin él de compañeros y compañeras, la primera despedida se rubrica. Extraño o no, sean las meigas o sean los milagros, lo importante es que estas cosas sigan sucediéndonos para que el ser humano no se olvide nunca de eso, ser humano. 
        De la digestión de la despedida unas calles después la suerte de nuevo se arrima para reunirme con ese grupo de amigos compañeros. Con ellos también tocará una segunda despedida pero no sin antes disfrutar de una última cena. Que les vaya bien por favor, solo eso, que les vaya bien. 
Caminito de vuelta en soledad, digiriendo pinchos y despedidas, bondades y vivencias, una nueva serendipia paría la tercera despedida. Rostros italianos sin nombre y uno solo con él, Eduardo, me detenían con una sorpresa mutua después de perdernos de vista varias jornadas atrás. Gente de la que conoces lo mínimo, que son italianos, su aspecto físico y sus ciudades. Rostros conocidos, personas desconocidas, peregrinos compañeros. Ciao, hasta siempre mejor que hasta nunca.             Música. Paseo paciente. Cielo poniéndose el pijama. “Deprisa late el corazón, deprisa. Hace presencia la canción que avisa que se ha acabao ¿ya? Casi se ha acabao. Aaaah. Aún queda mucho por contar…” 

Lunes 22 de agosto, 2022. Escrito en Santiago de Compostela.

viernes, 23 de agosto de 2024

15. Popurrí - Un juntaletras en el Camino

POPURRÍ 
“Por el mundo voy caminando, como un peregrino llevo toda la vida. Siempre por el margen y pisando los charcos, llegando a la verdad por direcciones prohibidas.” 
Los peregrinos, 2017. 

        Último día, Santiago espera al otro lado del horizonte y los peregrinos cubren sus horizontes propios con esperanzas. 
Ritual diario para salir, bastón hermano, garganta caliente espantando males, luna de miel con la soledad. Un paso tras otro paso, un peregrino tras otro peregrino, un sentimiento tras otro recuerdo, un pensamiento tras otro paso y vuelta a empezar. Se hace recuento de lo vivido, lo banal y lo interior, se baila un vals con la despedida. La gente que se ha cruzado en tu camino, la probabilidad entre millones de volverlas a ver cuando la fiesta se acabe, la mirada hacia dentro recordando a los tuyos, la corrección del examen de conciencia, las respuestas halladas por quien se hacía preguntas, las preguntas nacidas del paso de este tiempo. Y de pronto el asfalto, el cemento, los motores, la ciudad, el horizonte. 
        El bastón llamando a las piedras, las sandalias despertando a los siglos, la alegría soplando la vela, el niño que sueña, iglesia a la izquierda, cuesta arriba, turistas de fondo, torres tostándose al sol, fuente para el romántico, cuesta abajo, arte, arco de medio punto. Obradoiro, catedral, epicentro de un terremoto que reverbera en cada mochilero desde hace cientos de kilómetros. El verbo conseguir conjugado en un presente perfecto, en singular y en plural, en esta torre de Babel con una sola lengua vencedora, la peregrina. 
        En el centro del rectángulo tu memoria pinta el último cuadro. Desde sus cuatro esquinas se observa la vida, se admira la obra maestra en piedra. Y entre el centro y las esquinas el pulular del mundo real ya avisa que el cuento se acaba, la última cuarteta de un juntaletras. 

Lunes 22 de agosto, 2022. Escrito en Santiago de Compostela.

jueves, 22 de agosto de 2024

14. Estribillo - Un juntaletras en el Camino

ESTRIBILLO 
“…tú eres otro de los míos. Gaditano al que han parío, Cai, original, original, original.” 
Los originales, 2022. 

        ¡Carajoteeee! Una palabra más andaluza que dormir en el balcón fue el conjuro que sin demora ninguna hizo al destino gastar una serendipia conmigo. Allí, recién llegado a la plaza del Obradoiro, con la sonrisa anclada en la cara, mi bastón disfrazado y cantando por lo bajini mi credo particular, la loca encantadora aumentaba los niveles de felicidad registrados en ese rectángulo. Lo consiguió, lo conseguí y aquel grito fue un regalo. 
        Hay lujos en la vida que uno no se puede permitir perder y aunque el tiempo dirá qué sucede con este brote verde de amistad, yo haré lo que llevo haciendo toda mi vida, ser yo, ser natural, para bien o para mal, que así es como se riegan las amistades. Ella también será ella, natural. Y si no, da iguá ¿y el ratito que hemo eshao?

Lunes 22 de agosto, 2022. Escrito en Santiago de Compostela.

miércoles, 21 de agosto de 2024

13. Cuplé - Un juntaletras en el Camino

CUPLÉ 
“Hay personas que luchan un día y son buenas. Hay personas que luchan un año y son mejores. Y hay quien lucha una vida entera… esos son los imprescindibles.” 
Los imprescindibles, 2015. 

        La vida te da sorpresas y el Camino sonrisas que son un te quiero que dan calambre en el alma, como dijo el poeta. Calambre para revivirla y dejar en sus paredes bonitas cicatrices. Y aunque esta introducción sea demasiado seria para un cuplé, ha salido de la misma manera natural que la inspiración de carne, hueso y alegría que me llevo en mi cofre del tesoro, a la andaluza. 
        Domingo, Arzúa, penúltimo día de mi camino, cinco y cuarto de la madrugada, destino Pedrouso. 
Comenzar a caminar muy temprano le permite al peregrino de verano evitarse las calores del sol tirano o si uno quiere hacer eso de “¿qué no? Aguántame el cubata”, le permite hacer muchos más kilómetros. Yo soy de los primeros, hace mucho que dejé los cubatas. 
Así que ahí iba el tío por la calle de Arzúa en silencio y el gallo todavía roncando. Pero este menda, como ya dije, es de sugestión fácil, o hablando en plata, que se hace caquita solo en la oscuridad por mitad de un bosque y hasta por mitad del desierto. Menos mal que llevaba ya mi palo para hacer algo de ruido y sentirme poderoso cual Gandalf. Ahora dime tú lo que le iba a importar a una hipotética bestia salvaje que yo llevase un palo. 
        Después de un rato flirteando con la taquicardia apareció un oasis ya en otro pueblo o agrupación de casas, con un banco y luz, sobre todo luz. La idea es sentarse y no por cansancio, solo por hacer tiempo porque al día todavía le queda mucho para despuntar. No hizo falta esperar, se dio el milagro en forma de linterna y peregrina que corría como si llegara tarde a algún lado. Como buen gaditano había que coger la collá y ahí que me volví a convertir en caracol con la casa a cuestas y echar a andar para no perder de vista a la prima blanca de Usain Bolt. Yo detrás, a rueda, dándole su espacio, que tampoco era cuestión de asustarla, con los ojos como platos cuando llegué a ver que caminaba con chanclas. 
Metros más tarde ella tomó la iniciativa de parar, girarse y dirigirse a mí para caminar juntos. Ahí se dio la magia, esa conexión que uno sabe identificar cuando la ha disfrutado previamente. Una malagueña, una más en mi vida, con age a borbotones y una naturalidad que quita lah tapaerah der sentío. Una andaluza, valga la redundancia. Mi tierra, mi acento, mi filosofía, mi gente, mi hogar, mi patria. 
Nos contábamos nuestra vida, nuestro camino, la alegría y la risa iluminaban más que el amanecer ansiado. Ahora me arrepiento de haber pensado en un primer momento que si la dejaba a ella ir delante el animal que apareciera se la comería y a mí me dejaría en paz. Aunque con los ovarios que hay que tener para hacer el camino en chanclas y con la firme intención de finalizar en Santiago ese mismo día, no sé yo quién se comería a quién. Quizás ya lo sabe, o al menos debería saberlo, pero es una mujer valiente con todas las letras en mayúscula. Una andaluza, valga la redundancia de nuevo. 
Tanta charla, tanta charla que hasta nos pasamos una flecha y nos perdimos, por poquito tiempo, eso sí. La primera vez que se perdía en todo su camino decía la tía. Seguro que es mentira, que ya se sabe que se coge antes a un mentiroso que a un cojo y ésta de coja no tenía , ya te lo digo yo. 
Con la claridad hubo contraste de sensaciones. Si mirabas arriba descubrías una cara linda de ojos buenos pero si mirabas abajo eso era una india de la tribu pies negros. Qué barbaridad por favó, tenía esos pies para una prospección arqueológica. 
        Pues así, con pamplinas como esta por ambas partes seguimos a velocidad de crucero que lejos de cansarnos nos impulsaba, hasta que un fatídico encuentro nos paró en seco. Nos topamos con… (música de película de suspense)… chan chan… ¡El Tortugo! Un iluminati del caminati vendiendo sus bisuterías y con dos sellos que a la nena le gustaron. Y por pararse salió escardá, porque este buen hombre sacó su espiritualidad peregrina a pasear y la seguridad de esta chiquilla se tambaleó. 
Conseguimos zafarnos de él antes de que la pobre acabara cambiando de planes. El resto del camino compartido de esa jornada tuvo un aliciente más para salpimentar nuestras pamplinas. El temporal del también llamado “El preguntitas” se fue disipando con nuestras risas y cuando nos dimos cuenta llegamos a mi destino, Pedrouso, destrozando un récord de tiempo. Bares y cafeterías comenzaban a abrir y nosotros nos tomamos un buen descanso. Ella lo iba a necesitar para poder continuar con la misma determinación y yo seguía saboreando esa conexión andaluza mientras durase. 
Momento foto para la tranquilidad de su familia, que la niña se nos va sola por las montañas cual Heidi y a ver si le va a pasá argo Manué. Parece mentira que no conozcan a la niña, que si fuera chica Disney sería Mulán, y no lo digo por el roete
        Tan enganchado me encontraba que dejamos todo y nos fuimos a otra calle a desayunar. Las cosas que el Camino provoca a su paso por estos buenos pueblos es que hagas algo así y cuando regreses un buen rato después todo siga en su sitio. Honradez y respeto máximo de la gente de bien. 
        Después de reponer fuerzas se acercaba el momento de una despedida con ilusión de metamorfosear en un hasta luego. Nos la jugamos a la serendipia de reencontrarnos en Santiago al día siguiente, nada de intercambiarnos números para estar en contacto, que la magia de las meigas o el milagro del apóstol se dieran de nuevo. La huella, la guinda del pastel, ya estaba. 
Yo regresé a la rutina habitual y al reencuentro con los compañeros habituales. Un día más, un día menos.

Domingo 21 de agosto, 2022. Escrito en Pedrouso.

martes, 20 de agosto de 2024

12. Popurrí - Un juntaletras en el Camino.

POPURRÍ 
“...y con mi bastón y mi canción de amor de carnaval, tengo tanto cielo y tanta fe que siento de cerca la eternidad”. 
Los peregrinos, 2017.

        De la nube a la tierra, de la tierra a la semilla, de la semilla un tallo que busca más, del tallo un árbol, del árbol sus ramas como brazos al cielo implorando a la nube, de la rama al suelo y del suelo a la mano de un peregrino. 
Así nace un bastón, el hermano en el que apoyarse para avanzar, un bastón sin más aditivos que quizás algún adorno. No se necesita más, siglos de huellas humanas y de ramas lo demuestran. Surtirse de la Naturaleza para lo que necesites, añadir un elemento más al disfraz de peregrino. La casa a cuestas como un caracol, el calzado de nuestro tiempo que a los hombres de un tiempo anterior no les frenaba su falta. Elementos imprescindibles a los que uno le suma ahora el bastón solo por el valor romántico del que nos valemos los soñadores. 
        Un bastón que ante todo es rama cortada o partida, que es madera, la única pureza que ofrecerle al santo con toda seguridad, por la propia alma es mejor no poner la mano en el fuego. 
Bastón que no es perfecto, si por perfección se quiere entender la rectitud. Rama que sí es perfecta, porque así nació y creció, porque la línea de su vida no es recta, como no lo es ninguna, tampoco la de la mano del peregrino que la levanta del suelo, la bautiza bastón y le proporciona una nueva vida. 
Así es este hermano inerte y temporal que repiquetea contra la piedra mientras yo canto, que cimbrea entre mis dedos tras cada golpe, encajándolo y sacudiéndoselo para seguir sobreviviendo. 
        Así entré en Santiago, a solas conmigo, cantando el credo de Los peregrinos por lo bajini, respetando los siglos que resuenan en sus calles, vistiendo mi bastón, mi rama, con mi tierra y mi sangre, los que marcaron mi camino por los mundos que encierra este mundo. 
Aquí nos separamos, con la esperanza de que otra buena mano lo tome y le agradezca sus servicios como yo he intentado hacerlo con estas palabras. Si hubiera una próxima vez, ojalá vuelva a encontrar otra rama imperfecta como la vida, perfecta como la verdad. 

Domingo 21 de agosto, 2022. Escrito en Pedrouso y Santiago.

lunes, 19 de agosto de 2024

11. Pasodoble - Un juntaletras en el Camino.

PASODOBLE 
“Tenle miedo, hablan de que un día el mundo ya de un triple mortal de los que da con tanta ira, no calcule bien, la pirueta salga mal y se haga mil pedazos contra el suelo de su misma sociedad.” 
Los parias, 2006

        No todo es bonito, hay cosas en esta experiencia del Camino de Santiago que hay que criticar o simplemente expresar tu opinión propia, que no es ni la correcta ni la incorrecta, es solo una opinión. Dicha con respeto y acercándola a la objetividad intentaré que sea digna de ser tomada en cuenta y ayudar a mejorar. 
        Lo mejor y lo peor del camino es la gente y puntualizo, los peregrinos. Como la vida misma una vez más. Cuanta más gente se cruza en tu camino más probabilidad de toparte con un tonto o tonta, que a veces tienen la capacidad de dejar más huella que todas las buenas personas que puedan aparecer. 
La falta de respeto cuando compartes alojamiento aparece en detalles que son importantes, que desembocan todos en perturbar el sueño y descanso vecino. Como si no fuera con uno la cosa, como si no tuvieras que madrugar tú también al día siguiente. Uno no sabe en esos casos qué es peor, si la gente que lo hace conscientemente o inconscientemente. Sea como sea, no hay excusas. 
        Si eliges hablar con tu volumen de voz habitual en vez de susurrar cuando hay gente durmiendo, no hay excusas. Si eliges preparar tu mochila a las cinco de la mañana en la habitación y no fuera para no molestar, no hay excusas. Si eliges irte de copas y cuando vuelves te da igual que ya la gente duerma, no hay excusas, además de demostrar, a mi modo de ver, que tu concepto de camino de Santiago es totalmente erróneo. 
Si haces grupos de amigos y cocináis juntos, si entras en la burbuja de ese grupo olvidando que hay más personas que pueden querer cocinar y comer, por tanto necesitarán los utensilios y el espacio suficiente, cocina, friega y recoge. Si no lo haces, no hay excusas. 
        Para colmo, si uno se para a preguntar a la hostelería de los distintos lugares te contarán historias que te avergüenzan como peregrino y que te hacen comprender que mucha gente aquí en Galicia esté cada vez más harta. 
        Dicho esto, ahora hay que poner el foco en el otro lado, porque si gente impresentable como la descrita está desvirtuando lo que debe ser el espíritu del camino, también los que colaboran en la organización lo desvirtúan, haciendo cada vez más negocio y explotando a la gallina de los huevos de oro. Hablo exclusivamente del camino francés, que es el que he recorrido. 
Es totalmente comprensible que en estos tiempos de multicrisis económicas que se viven haya un encarecimiento de todo en general, de precios de los albergues públicos, de precios de las comidas en bares, restaurante y tiendas. Pero muchos en tantos días y horas compartidas hemos comentado que en algunos sitios casi se está llegando al abuso con la subida de precios. En mi opinión, este fenómeno creo que se nota más en Castilla y León, donde hay pueblos perdidos de la mano de Dios que parecen aprovecharse de la escasez de oferta que tienen. Nadie se cree que tu vecino de todos los días vaya a pagarte los precios que pones en el famoso menú del peregrino. De la misma manera, no se sostiene la diferencia de precios entre un albergue público y otro cuando las facilidades que ofrecen son las mismas. Incluso se ha dado el caso de tener mejores condiciones cuanto más barato era el albergue. Y en esto hay que dar tres nombres claramente, Frómista, Hornillos del Camino y Burgos. Que sí, que además de lo argumentado hay que entender que a los pueblos pequeños no llegan tan fácilmente recursos y productos, pero repito, se trata de albergues de carácter público y municipal, sustentado por las instituciones públicas. 
        Aunque sea solamente por una cuestión de imagen, bien harían en empezar a cuidar esos detalles. Reitero, en mi opinión excluyo de esta crítica a los albergues municipales de la comunidad gallega, donde rigen las mismas pautas sin distinción. Eso sí, no me ofrezcáis una cocina totalmente nueva pero absolutamente vacía, porque huele descaradamente a estrategia para obligar al peregrino a gastar dinero en la hostelería de tu pueblo. Adiós al auténtico camino de Santiago. 
        En negocios privados no hay crítica que valga, cada empresario gestiona su negocio como mejor le parece y rige la ley de la oferta y la demanda. A tu cuenta y riesgo te puedes hundir o navegar, de la misma manera que el peregrino / cliente es libre de aceptar o desechar lo que se le ofrece. 
Recuerden, esto no es más que mi opinión personal, pero es una pena que el espíritu que tradicionalmente era intrínseco a este patrimonio cultural inmaterial pierda brillo por querer dárselo a las monedas. 

Sábado 20 de agosto, 2022. Escrito en Arzúa.

domingo, 18 de agosto de 2024

10. Popurrí - Un juntaletras en el Camino.

POPURRÍ 
“La Soledad es testigo de mis castigos y glorias…” 
La banda del capitán Veneno, 2008. 

        Aunque este viaje lo hago solo también lo hago contigo. Aunque durante tramos del camino diario he caminado con gente tú no te has separado de mí. Aunque una vez descansado durante el día estoy en constante contacto con los míos, sé que tú te sientas o te tumbas a mi vera. Una vez más no me olvido de lo que significas para mí, a veces creo que ya eres parte de mi definición. 
Estás en mis fotografías, cuando hay niebla, sol, amaneceres, lunas, árboles, ríos y también miedo, como esta mañana, en la oscuridad de la naturaleza. Fuiste más tú que nunca, o quizás es que fue la primera vez que me vi en una así. Ese cóctel de ladridos, oscuridad y sobre todo sugestión me hicieron abrazarte como un niño para poder salir de ahí. Gracias, una vez más. 
        Esta vez creo que lo estoy haciendo mejor que en otras ocasiones, por esa mala costumbre egoísta de valorarte en las malas, en los miedos. Reconóceme, querida, que en todos estos días de tierra y huellas solamente contigo he compartido momentos de felicidad, de risa, de maravillas, de reflexiones, de canciones. Sigues siendo mi compañera, de la misma manera que mi mochila es mi casa o que mi recién adquirido bastón, si no me olvido, será mi apoyo en los próximos y últimos días. 
Tú permanecerás, como ya te dije una vez, es tu naturaleza, para conmigo y con toda criatura existente. Solo hay que saber mirarte por el lado bueno y hablar contigo de vez en cuando, demostrarte que no se te olvida aunque estemos en compañías de carne y hueso. 
        Esta peculiar luna de miel nuestra toca a su fin, si nada se tuerce literal y metafóricamente. Te aseguro que el bullicio de esa plaza final, las caras conocidas, la torre de Babel de la alegría, no te robarán el protagonismo. En ese escenario estaremos solos tú, yo y la sonrisa. De momento, mañana dame la mano y camina conmigo por la carretera, ayúdame a enfrentar el miedo.

Jueves 18 de agosto, 2022. Escrito entre Barbadelo y Gónzar.

viernes, 16 de agosto de 2024

09. Pasodoble - Un juntaletras en el Camino.

PASODOBLE 
…y el azul derramé en un descuido y así fue que nacieron los ríos”. 
El Creador, 2016. 

        El cansancio y la faena a veces no dejan lugar para volver diariamente al papel. La jornada del peregrino no acaba cuando llega a su destino diario y por fin tiene una cama. Toca ducharse, lavar la ropa, comer o buscar provisiones. Si el cansancio hace mella también toca siesta, preparar cosas para el siguiente día, quizás algo de turismo, quizás conversar. Y cuando te quieres dar cuenta ya casi es la hora de cenar y marcharse a dormir, temprano, porque temprano también comienza el día. 
        Por otra parte, no siempre resulta todo tan inspirador como para sentir y pensar en ideas para escribir. Aunque no es más que una disculpa conmigo mismo, sirva esto al menos como argumento. 
De estos últimos días alejado hay un batiburrillo de cosas de las que podría hablar. El cambio de paisaje, la desaparición de aquel dolor y mi consecuente alegría, la socialización, el clima. 
        Desde donde escribo tengo una estupenda vista del verde paisaje gallego en el que oficialmente entré esta mañana. Lo hice por la puerta grande, con lluvia y viento, los dos elementos que faltaban por aparecer en escena. La tierra, por supuesto, ha estado y va a estar presente de principio a fin, siendo benevolente para algunos e inmisericorde para otros, según cómo mude su piel a lo largo de los kilómetros y según cómo afecta a la piel de uno. Arena y grava en la meseta, roca segura o traicionera en la montaña. 
El fuego del sol que castigaba, hoy, como anuncié muchas páginas atrás, es añorado ante la dictadura que lluvia y nubes han impuesto. Hace dos semanas eran nuestras salvadoras del sol, hoy nuestras castigadoras. 
El agua, como lluvia es el alimento del cielo pero también el desafío del peregrino. Como río, y han sido muchos los que se han cruzado, es la belleza natural cincelada por una artista oficiando las nupcias de tierra y agua. 
El aire, el viento, sacerdote del árbol, se alió hoy como brazo armado de la lluvia. Con el sol se posicionó en contra y fue un acompañante agradable que animaba a continuar y a disfrutar. 
        Fuere como fuere, el camino, como la vida, no puede ser un fácil infinito, debe desafiarnos de la manera que sea para darnos la oportunidad de sentirnos victoriosos, y aunque me repita, sentir que la vida se ha vivido, que el camino se ha caminado.
 
Martes 16 de agosto, 2022. Escrito entre Ponferrada, Villafranca, La Faba y Triacastela.

lunes, 12 de agosto de 2024

08. Cuplé - Un juntaletras en el Camino.

CUPLÉ 
“Tanto consumismo, tanto vil error, arrasamos todo este lugar, que la Tierra una excedencia se pilló y se tuvo que resetear.” 
OBDC. La última flor, 2017. 

        ¡Ole mis huevos! ¡Joé con los bishos! Eso es lo que grité (lo primero eh, lo segundo aparte) cuando por fin divisé el pueblo y fin de mi camino por hoy. Y es que se acabó lo fácil, la llanura absoluta de la Meseta. A partir de hoy ya afrontamos la montaña, pero que nadie se piense que me las doy ahora de Calleja, que son montañas pero sin exagerar. 
        La cosa es que yo llegaba preocupado por mi inoportuno problema en el pie. No sé si habrá sido el Santi, que ha obrado el milagro, o que las meigas tienen jurisdicción más allá de Galicia, pero la cuestión es que el dolor ha remitido considerablemente y la subida constante la he vuelto a hacer a mi ritmo normal. 
Por esa alegría exclamé lo que exclamé, al verme lleno de orgullo y satisfacción, como decía aquél, aquél… amo a dehalo ahí
        Pero no todo ha sido jolgorio y algarabía no, que lo segundo también lo dije, en ese momento y durante la mitad del día. Que la naturaleza es mu bonita, que la naturaleza es muy sana, pero qué jartura de bishos voladores tiene la naturaleza. Y no hablo de mosquitos, que eso ya sería el colmo. Hablo de abejitas que te meten el miedo en el cuerpo, de diminutos seres negros. Espera. Joé ni escribir me dejan. Hablo de diminutos seres negros atacando tu cara cual kamikaze japonés, que hasta por la nariz se me llegó a meter uno. Me los imagino evocando el conjuro de “a que no hay huevos” y uno respondiendo “¿Que no? Aguántame el cubata”. 
También hay otros que serán familia de las abejas digo yo, rayados como ellas pero más pequeñitas y volando en modo helicóptero. Me da que son menos peligrosos pero lo compensan siendo igual de puñeteros. Venga zumbido a la derecha, zumbido a la izquierda, zumbido arriba, abajo. Que no es la canción del verano eh, es una tortura china. Más jartibles que llamarte a la hora de la siesta (y todos sabemos quienes son). 
Entre uno y otro algún abejorro, por si fuera poco, que te pasa a un palmo. Que le quiten los puntos a ese tío por favó
        Total, que la naturaleza es muy bonita pero una cachonda también, te pone a prueba de esta manera cuando está de buenas. Pero por nuestra única y exclusiva culpa hace mucho que no está de buenas y nos pone a prueba de la peor manera, de la manera que merecemos. Aún así seguimos sin enterarnos de quién manda aquí, estamos cavando nuestra propia tumba y ella nos echará encima la tierra, el agua y lo que haga falta. 
Por eso, por muy puñeteros que sean estos bichos, no tienen ni punto de comparación con nuestra inepta raza de hombre y si consiguen sobrevivir a nosotros, la madre naturaleza tendrá clara su elección.

Viernes 12 de agosto, 2022. Escrito en Foncebadón.

domingo, 11 de agosto de 2024

07. Popurrí - Un juntaletras en el Camino

POPURRÍ
…que aunque tenga cien razones para llorar, siempre encuentra ciento una para reír.” 
Los gatos callejeros, 2013. 

        Y si el Camino es un reflejo de la vida porque forma parte de ella, tampoco el Camino puede ser idílico. Es un camino de piedras, tierra, polvo, no un camino de rosas. Quien antes aprenda que lo imperfecto o el dolor forman parte de la vida, antes será capaz de disfrutar el tiempo de las rosas que te ofrece, a sabiendas de que se marchitarán. Entonces, cuando llegue el tiempo de las espinas, podrás sonreír y esperar a los nuevos brotes, porque llegarán. 
En este espejo de la vida en el que estoy las rosas del peregrino se marchitan cuando empieza a surgir el dolor, físico al principio, que pueda derivar con muy mala suerte en un dolor emocional. El dolor recién nacido es solo una preocupación pero si se las apaña para crecer se convierte en sufrimiento, luego en frustración, tristeza, desánimo, negatividad. Te golpea sin parar hasta hacer que tires la toalla. 
        Llegados a este punto es bueno recordar que el Camino, entre comillas a diferencia de la vida, sí puede abandonarse. Para poder volver es necesaria la partida. Por eso me escribo esto ahora que siento preocupación, para sonreír recordando las rosas que ví y viví estos días, para olvidar el dolor en mis pies mientras disfruto de Catalina encendida, esplendorosa y llena entre nubes o de esa centinela blanca en el cielo antes de recoger su rebaño para llevárselo a otra parte del mundo. 
        Esas son las gaditanas maneras que me enseñaron a sobrevivir para no morir hasta que sea posible volver a vivir. Así intentaré que el dolor se quede solamente en mis pies sin que consiga ponerme a mí a sus pies. 
“Y si se pierde, da iguá ¿y el ratito que hemo eshao?”

Jueves 11 de agosto, 2022. Escrito en Astorga.

sábado, 10 de agosto de 2024

06. Popurrí - Un juntaletras en el Camino

POPURRÍ 
…la sangre despierta de pronto, un ejército empieza a llegar silencioso, las plazas, los barrios, el castillo, la playa. Los huesos oyeron la vieja llamada. Todos unidos y solos, pendientes y ausentes, buscando un milagro en el espigón de occidente…” 
Los carnívales, 2019.

        Han pasado varios días desde la última vez que escribí y las razones son cansancio, falta de inspiración y monotonía. No podría decir cuál de ellas ha sido más culpable, las tres se retroalimentan. La monotonía del paisaje ni siquiera me hizo sacar la cámara para hacer fotos, que más tarde me refrescarían la memoria de lo que me inspiraban. El cansancio, el calor, juegan su papel también. 
Dicho sea de paso, en los últimos días he socializado más, porque de eso también va esto, de encontrar gente, de charlar, de conocer, de aprender, de intercambiar y con suerte, de conectar. En mi caso añado observar, que si bien he mirado hacia arriba, hacia lo profundo y lo divino, también lo he hecho hacia el frente y lo humano. 
        El Camino no deja de ser una representación a escala del universo social en el que estamos, individuos pintorescos, otros estándar (entre los que me incluyo), extrovertidos (algunos demasiado para mi gusto), introvertidos, mundanos, místicos, amables, achuchables, interesantes, sabelotodos, de perfil bajo. En definitiva, cada uno de su padre y de su madre. Por supuesto en esta maqueta hay que incluir a la gente de pueblo que te encuentras. Personas que a nuestros ojos de urbanitas tienen un punto de personajes casi de ficción, dicho esto con todo el respeto, que con unos segundos que se cruzan en tu vida ya le sacan las vergüenzas a uno de lo que perdimos en las selvas de cemento.                    Volviendo a los compañeros caminantes, en el rincón de mi cama me paro a observar o incluso sin intención de hacerlo y esa tendencia social nuestra de etiquetar sale sola. Luego, si se dan las circunstancias o si se provocan, una mínima conversación te da una mejor definición de la persona. 
Mi metáfora de nosotros mirados como un escaparate, desde fuera, más atractivos o menos. Cuando un escaparate, una tienda, te atrae, entras para descubrir más. A veces, tal como entras sales porque no era lo que esperabas. Otras, entras y te quedas un buen rato porque te gusta el género de la tienda. A veces consiguen que te conviertas en cliente habitual, siempre recíprocamente, claro, que si quien despacha es un malahe te marchas a seguir comprando. Pues así continúan funcionando las cosas aquí, en el escenario de los albergues y en el de las sendas de cada mañana. 
        Un chico italiano con un burro desde su país (el del chico, no el del burro) que no está haciendo el camino, está viviendo en él, desde octubre. Lo perdí de vista hace unos días, pero la próxima vez que escuche un rebuzno probablemente ahí esté. Podría hacer muchos chistes sobre esto último pero ya cada uno tiene su ingenio para sacarlos. 
Una mujer francesa de setenta y pico que viene desde el norte de su país. Admirable aunque un poco porculera también. Mucho italiano, que se hacen notar y esto no lo digo necesariamente como algo positivo. Mucho francés, no en vano éste es el camino francés. Simpático alguno y quizás lo serían más si supieran hablar algo en otra lengua que no sea la suya, como la del país donde están. No en vano, este es el camino de Santiago. La más simpática, precisamente porque te puedes comunicar con ella, una chica con un perfecto español dominicano (con un lindo escaparate). 
Un americano, muy simpático, de Montana (leer con acento de allí). Eso sí, no veas como ronca el hijo de Utah. Ojalá que en su segundo intento consiga llegar a meta, sospecho que tiene motivos personales bastante importantes. Una americana, hospitalera, no peregrina, con la que comienzas una conversación solo por una revista de Historia y acabas charlando sobre la enseñanza del español porque compartís esa profesión. 
Una lituana, la primera compañía nada más comenzar esta experiencia. Desde entonces ya solo la vi una vez. No tiene plazos, no planea etapas, no tiene un calendario, simplemente está de vacaciones indefinidas al parecer. 
Un matrimonio rumano, mayor. Estuvieron a punto de tirar la toalla, por problemas físicos. De eso ya hace y ahí continuaron, incluso daba la impresión de que tenían más energía. Se podían hacer entender con un poquito de inglés pero la barrera del lenguaje estaba presente. También les perdí la pista, ojalá que continúen. 
        Ojo, que también hay españoles. La mayoría vienen para una semana o dos a lo sumo porque necesitan volver a trabajar. Hablo de Álex, de Barcelona, discreto, callado, incluso tímido. Tenía la esperanza de rencontrarlo en León, donde él finalizaba, pero no hubo suerte. Me hubiera gustado seguir en contacto. Eso sí lo podré hacer con Tania, también de Barcelona, con la que compartí prácticamente una etapa entera, además del día previo en el albergue, y conectamos muy bien. En el susodicho albergue ambos compartimos toda la tarde hasta la cena con don Jesús Arias, un señor gallego interesantísimo, que vive en Burdeos donde ha ejercido como profesor de Historia además de publicar libros y con muchas historias que contar, una eminencia vaya. Pero me temo que fue flor de una tarde. 
En el día en el que termino esta cuarteta de popurrí aún he podido sumar alguien más. Una mujer, de nombre desconocido para mí todavía, de Madrid. Nos conocimos hace un par de albergues atrás y hoy hemos compartido buena parte de nuestro camino. Mañana espero volverla a ver en nuestro destino común y le preguntaré si quiere seguir en contacto. 
        Esas, entre otras, han sido las personas y personajes que se han cruzado en mi camino en poco más de una semana de esta singular aventura. Imagino que en algún momento volveré sobre el tema, quien sabe si con un pasodoble o con un cuplé. Ojalá que el dolor, físico, que ya hizo acto de presencia y me ha apartado del papel estos días, me permita continuar mi viaje.

Miércoles 10 de agosto, 2022. Escrito entre Carrión, Ledigos, Calzadilla de los Hermanillos, Reliegos, León y San Martín.

martes, 6 de agosto de 2024

05. Pasodoble - Un juntaletras en el Camino

PASODOBLE 
“…antes que un falso Dalí, yo dibujo un garabato.” 
Los acuarela, 2005.

        De nuevo en la noche parte el peregrino, por razones prácticas y mundanas a las que a partir de ahora deberé añadir las del amor al arte y casi místicas. 
Amor al arte de la naturaleza, que es incomparable y ha sido perseguido por los hombres desde la Antigüedad, con algunas genialidades por todos conocidas. 
        Hoy, al igual que cualquier día, el museo que nunca cierra nos expone las nuevas obras de la misma autora a lo largo de una galería kilométrica. Nada más comenzar los pasos y traspasado el umbral del pueblo, alzas la vista y encuentras un fresco infinito y mágico, capaz de pasar del negro más oscuro a toda la gama de azules, manteniendo intacto el blanco de las estrellas, titilando, tiritando, palpitando, fareando, jugando a las constelaciones. 
Al frente la tierra reclama atención con un puño levantado al que tocará subir para contemplar otra obra maestra, una acuarela derramada en la silueta de las montañas lejanas. Una pintura con fuerza, de marcados contrastes, la tierra en sombras, el horizonte encendiendo la lumbre de la mañana, la procesión de estrellas abandonando el escenario para que comience el segundo acto. 
El peregrino no quisiera que el tiempo pase, pero lo hace, así que es momento de darse la vuelta y bajar, literal y figuradamente, a la tierra. Una tierra parcheada por la mano del hombre pero sin torturarla, solo tomando y trabajando el fruto que nos concede. Campos de Castilla de cereal rubio segado y girasoles esperando para adorar a su dios, su padre. 
        El peregrino mientras tanto a caminar, cantando lo de siempre, respetando el trabajo de las hormigas, evitando las piedras, los huesos de la tierra hechos añicos, viendo el amarillo chillón extenderse cada vez más en la absoluta quietud del campo. Van Gogh hubiera dado su otra oreja por ser aprendiz en este taller y que sus girasoles lucieran como los de su maestra. 
La galería adquiere unos tonos de melocotón que alarga las sombras de los visitantes y avanza que el calor nos pisa los talones. Así que, aprovechando que el Pisuerga pasa por aquí (de verdad), el peregrino que sea afortunado llegará a tiempo a refugiarse en la trinchera de su oasis y tras la cortina de unos árboles en formación perfecta como lanzas de Velázquez. 
        Avanza el día, avanza el peregrino, el arte natural se ve interrumpido por el artificial, palomas feligresas de una iglesia más de tantas, orgullo de sus pueblerinos a falta de nada o nadie mejor para presumir. Calles vacías, veleta adivinando el viento y adiós. Pensamientos de todo tipo, que si algo aporta el camino es mucho tiempo para pensar. 
Hilera de árboles aplaudiendo sus hojas insuflando ánimos, última acuarela en el canal de Castilla que te acompaña hasta Frómista. Gracias por su visita, hasta mañana. 

Jueves 4 de agosto, 2022. Escrito en Frómista, Palencia.

sábado, 3 de agosto de 2024

04. Pasodoble - Un juntaletras en el Camino

PASODOBLE
“…la lluvia, el alimento del cielo. El cielo, el visto bueno de Dios…” 
Los americanos, 2003. 

        Hasta el mayor rey, tan adorado como implacable, tiene la horma de su zapato dentro de su propia corte, las nubes, la lluvia. 
Aún a oscuras y con un hilo de luz en el horizonte, divisando las siluetas de la arquitectura, el peregrino echa a andar una nueva jornada, celebrando el alivio que regalarán esas rebeldes del cielo. 
El sol ofrece resistencia, por supuesto, que nos deja escenas que a uno le hacen parar, abstraerse, admirar, reflexionar, disfrutar mientras dure. Pero hoy no podrá por más colores que saque de su paleta. 
Lo que para la mayoría de nosotros suele ser molesto en nuestras vidas reales, urbanas, distantes, es curioso cómo aquí se vuelven objeto de deseo y nos da igual que la lluvia nos moje, desterramos cualquier cosa que nos pudiera proteger de ella. La preferimos hoy antes que al sol dictador de ayer. Mañana, por supuesto, añoraremos al segundo cuando sea la primera la que nos castigue. Así somos, para todo, y así nos va claro.

Miércoles 3 de agosto, 2022. Escrito en Castrojeriz, Burgos.

03. Presentación - Un juntaletras en el Camino.

PRESENTACIÓN 
“Al amanecer, consumido en llamas, entre el fatuo fuego despierta mi alma.” 
A fuego vivo, 1987.

        Con la luna de recogida se despiertan los peregrinos, es mejor partir antes de que el implacable sol te encuentre, que lo hará. 
Toca salir a escena, sin vuelta atrás. Cabeza alta para admirar, ojos abiertos para crear recuerdos, espalda fuerte para soportar, un pie delante del otro cada vez, hasta llegar. 
Última mirada a la catedral, la imaginación aún creando lazarillos de otros tiempos, se acabó el ruido, se acabó el cansancio, a caminar. 
El asfalto y la tierra dejan claro el bando en el que están, el campo y la ciudad no se difuminan, simplemente marcan su frontera. 
El sol corona las primeras montañas, como un beso de buenos días entre enamorados. En un pequeño campo los girasoles se convierten en los alumnos más obedientes jamás vistos, todos con su uniforme mirando al frente a su maestro. 
        “Y camino, camino y camino. Mi cuerpo emprende el viaje pero mi corazón y mi alma ni pueden ni quieren soltarse.” Hacía tiempo que no cantaba al caminar, ni en la calle y mucho menos en el campo. Mientras que el aliento lo permita, que no se diga, a cantar por Cai. Un coro, un buen camino, un cuarteto, otro buen camino, un río, un pasodoble, campos segados de cereal sin límite, una presentación, unos cuplés, un buen camino. Un pueblo mínimo, de esos de la España vaciada, con gente mayor, sin risas de niños, con carteles de “se vende”, amabilidad como seña de identidad, el paso de los peregrinos los mantiene con vida y por supuesto el campo, que siempre será necesario el fruto de la tierra. 
Buen camino, más música, más campo, más girasoles, más calor, una fuente, un respiro, una sombra y un árbol que se ganan el respeto del sol. Otro pueblo, iglesia y campanas cotidianas, último esfuerzo y primer destino completado. 
        Continúa el verdadero significado de esta experiencia, conocer lugares, gente, lenguas, historias, vivir. Sombra a las puertas de la iglesia, la torre de Babel compartiendo la cena, campanas en la ventana, sol sin justicia, lagartijas en los muros. Buen estreno, buen camino, buena presentación.

Martes 2 de agosto, 2022. Escrito en Hornillos del Camino, Burgos.

viernes, 2 de agosto de 2024

02. En bambalinas - Un juntaletras en el Camino

EN BAMBALINAS 
“Qué larga ha sido la noche, qué frío y qué oscuridad, pero hoy regresa la vida y aquí te vuelvo a cantar.” 
Los renacidos, 2022. 

        Olvidado el pasacalles y el ruido, por fin todo volvió a lo esperado, a la normalidad. Al ruido se lo tragó de un solo bocado la calle aún remolona con el despertar. Silencio cuando divisas las torres de la catedral, que te deja sin palabras a cualquier hora del día. Todo desierto, el olor del café ya va despertando a la ciudad. El cansancio del ruido da igual, estos momentos son entre uno, la belleza en piedra y el sol ejerciendo de sacerdote con la bendición de su amanecer. Escaleras para un primer turista igual que lo fueron para cualquier lazarillo siglos atrás. La mires por donde la mires la belleza es la belleza, porque no puede ser más y porque si en algún momento es menos ya sería otra cosa. La belleza, tan humana como divina. Murmullo en la calle, primeros compañeros peregrinos, ahí estaré yo mañana. Hoy toca prepararse, concienciarse, como estar en camerinos y luego en bambalinas. Esos momentos en los que te das cuenta de que va a ser de verdad, que algo se materializa, que el miedo se revuelca con la excitación y no consigues distinguirlos, momentos especiales, como cuando estás en bambalinas.             La espera se puede hacer eterna y más cuando yo arrastraba mi pasacalles nocturno, pero eso se soluciona explorando más, buscando más belleza, aunque luego se quede solo en bonito. La vida se vive por los propósitos, lo demás es solo Cronos devorando a sus hijos. 
        Cuando a las doce las campanas repicaron a mí me sonaron a gloria, porque se abrían las puertas del cielo que tanto ansiaba, una cama que por fin me diera descanso y encauzara el ánimo. 
        El gentío que llega a sus camas, conversaciones de torre de Babel, mochilas al suelo, quejidos de esfuerzos y cansancios, duchas continuas, pasos del gentío que se van alejando, ya no corre el agua, Babel en silencio, por fin a dormir, como en bambalinas. 
Mañana se abrirá el telón, mañana a escena. 

Lunes 1 de agosto, 2022. Escrito en Burgos.

jueves, 1 de agosto de 2024

01. El pasacalles - Un juntaletras en el Camino

        Hace ahora justo dos años hice por primera vez el Camino de Santiago, aunque no fuera al completo. Una experiencia muy bonita que... a mi manera, vamos a decirlo así, plasmé en un diario. Un diario que ahora quiero compartir con vosotros, gracias.


EL PASACALLES 
“Para cantarle al mundo hace falta una voz que cuando cante se levante y clara suene haciendo ruidos de alegría y de dolor…” 
Las noches de Bohemia, 2011. 

        Cuando pensé en el título de este primer capítulo lo hice con toda la seriedad del mundo, lo prometo. Pensé en lo poético que sería hacer una metánfora con lo que significa un pasacalles en Cadi y el que iba a ser el verdadero primer día de esta aventura. En Cadi un pasacalles es ese paseíllo casi torero que los carnavaleros hacen por las calles caminito del Falla (ay, caminito del Falla) el día que les toca cantar, desvelando así para el pueblo el tipo de ese año. “Pasa” y “calles” porque pasan por las calles. Al que le haga falta le hago un croquis ¿vale? 
        Totá, que mi primer día le dió una patá a la metánfora y yo me quedo con el título, pero por el ruido. Ruido de la alarma a las 6.50 de la mañana, que nunca se sabe qué puede pasar aunque el vuelo sea tarde. Ruido de la lluvia veraniega mancuniana ¡cómo no! Respiro, silencio, esta vez sí, hasta llegar al aeropuerto. Ruido de nuevo, motores de tren, pasos apresurados, ruedas de maletas, niños de buena mañana, colas, carros, control, mensajes repetitivos dichos con mecánica voz alta, el beep del escáner, pasillo en silencio de nuevo. ¡Oh! Nada, puro espejismo, bienvenido al frenesí del ruido, la zona de espera de un aeropuerto. Ruido de carros de reponedores, cajeras ya cansadas de un día más, máquinas del café, niños activándose, concierto de ruedas en do sostenido en el tiempo hasta que a todos los ruidos los devoren los motores del avión. Pues ahí es donde vino la patada a mi metánfora del pasacalles, con lo bonita que ya la imaginaba. Avión hubo, sí, pero del ruido de los motores ni mijita. Dos horas de retraso, patá al bus que me tenía que llevar de Santander a Burgos y otra más a la habitación reservada. El Murphy y el karma cashondeándose en mi cara y tirándome las migas de su tostada por el lado de la mantequilla además. Diría que me estaba tirando de los pelos, pero no voy a darle ese gusto a los que me conocen… mamones. 
        Y aunque la tarde dominical santanderina no era tan ruidosa, eso da igual cuando el runrún de lo que había pasado se te instala en la cabeza. En los libros de aventuras la susodicha no aparece ya en el prólogo, digo yo. Pues conmigo sí. 
        Mi pasacalles ya hubiera llegado al Falla a estas alturas, pero Murphy estaba grasioso er nota. Nuevo billete para llegar por fin a Burgos en la madrugá y ahora búscate tú las papas pa dormir, Antonio. Ruido habitual en la estación de autobuses de Santander. Shhh, pero hasta las nueve y media que el ruido de la baraja cerrando te deja callao. Resguárdate en la estación de renfe si quieres calorcito y silencio, pero shhh, hasta las once y media que también cierran. Vaya por Dios, menos mal que es Santander. 
        ¿Entre medias sabes qué había? Ruiiiido, el de andares pesados de señoras mayores, o será que lo que les pesaba era el postureo que llevaban encima. Ruido de la suela de los náuticos contra el mármol del suelo, los náuticos de los señores mayores con pantaloncitos cortos de plancha y politos color pastel. Al final va a resultar que los de Santander son los sevillanos del norte. Miedo me da preguntar quiénes serán los gaditanos. 
        Y siguen los ruidos, el de las esesss pijasss de las niñas y no tan niñasss con faldita de tenista y melena Pantene. ¿Que me estoy pasando con Santander? ¿Que en verdá allí la gente es to guay? ¡Po no haberme cerrao las estaciones joe! Que no me habéis dejado otra distracción. ¿y yo en qué estaba? Ah sí, más ruidos. Señora inmigrante sudamericana sin papeles (dicho por ella) emitiendo en directo su      conversación/discusión para todos los muertos del asco y del sueño en la parada de autobuses. 
        Cuando llegue tu autobús podrás relajarte ya y echar una cabezadita Antonio, estarás pensando. ¡Y un mojón! 
        Ruido no había ninguno pero qué tensión vigilando mi mochila de peregrino para que no saliera despedida de arriba con las curvas. Hasta que lo hizo, en la tercera rotonda de Torrelavega. Menos mal que ahí estuvo el menda más atento que Conan Ledesma. Desde ahí, dos horas con un ojo para las curvas y otro para la mochila, como si fuera Trueba vaya. 
        Bueno Antonio, pues ya dormirás en la estación de Burgos, si te dejan. Murphy y karma llorando de la risa. 
        Dejarme me dejaron, pero que alguien le eche 3 en 1 a esa puerta automática de la estación de Burgos, por la gloria de McGiver. Y cuando se para por fin la puerta, más ruido, un primo de Vinicius hablando por teléfono a las cuatro de la mañana. Y cuando cuelga ahora la que habla es una señora. ¿Pero la gente que tiene? ¿Familia en Australia pa tanta charla a las cuatro de la mañana caraho
        Como diría Sabina, me dieron las cuatro, las cinco y las seis, cuando conseguí coger el sueñecito y abrió la de la cafetería para ponerle a Murphy su tostada con la mantequilla por el lado bueno. Porque el malo fue pa mí. Así que a las siete, veinticuatro horas después del mejor de los silencios, me di cuenta que el pasacalles, además de lo poético, también es un montón de ruido, el de la caja y el bombo dale que te dale hasta que lleguen al Falla. Igualito que mi pasacalles con mi tipo de mochilero peregrino. Hasta meterme en bambalinas, pero eso ya será… hoy mismo en verdad. 
Teh qui ya Murphy, a mí me la va a dá tú.

Lunes 1 de agosto, 2022. Escrito en Burgos.